Esta es una semana difícil para nuestro país. Mientras esperamos que hagan efecto las medidas de confinamiento y se traduzcan en mejoras en las estadísticas de personas contagiadas y enfermas, nuestro sistema sanitario pone a prueba su resiliencia y el tejido empresarial se enfrenta a circunstancias hasta ahora desconocidas.
La luz, sin embargo, siempre se abre paso. Las iniciativas solidarias en favor del sistema sanitario reciben respuesta empresarial y ciudadana digna de ovación y un gran número de personas y empresas ponen a disposición del país sus recursos, conocimientos y capacidades de producción y servicio. La sociedad catalana ha demostrado históricamente que es imaginativa, creativa y emprendedora, de nuevo esta vez. No nos cansaremos de agradecer cada gesto, cada mano extendida.
Preservar la salud de las personas, romper la cadena de contagios, mantener el equilibrio del sistema sanitario, son objetivos con los que estamos plenamente comprometidos. El confinamiento y el paro empresarial representan sin duda una grave crisis puntual, y tenemos que poner todos el esfuerzo en conseguir que no desemboquen en una crisis estructural. Para algunos sectores empresariales, sin embargo, será difícil una recuperación a corto plazo. En los próximos meses, la creación de valor y el mantenimiento de los puestos de trabajo serán más urgentes que nunca: la mejor manera de preservar los puestos de trabajo es haciendo posible la continuidad de las empresas. Por este motivo pedimos a nuestros gobernantes un diálogo constante y flexibilidad, rapidez y claridad en la estructuración de las medidas de apoyo.